
El duelo en el estadio Monumental de River será el primero de los tres enfrentamientos que mantendrán en dos meses ya que chocarán también en octubre por las semifinales de la actual edición del certamen continental.
La última vez que Boca estuvo en la fortaleza rival fue el 24 de noviembre pasado para el partido revancha de la final de la Libertadores, que fue suspendido debido al ataque con piedras y otros objetos lanzados por fanáticos millonarios contra el autobús que trasladaba al plantel boquense. Varios jugadores resultaron con heridas cortantes provocadas por la rotura de los cristales del vehículo.
Debido al violento episodio, la CONMEBOL trasladó la definición del título a Madrid, donde River terminó consagrándose por 3-1 el 9 de diciembre. Desde entonces no volvieron a enfrentarse, ni siquiera en un amistoso. De hecho, en julio coincidieron en una gira de pretemporada en Estados Unidos pero no hubo cruce.
Con la rivalidad más exacerbada, volverán a verse este domingo en un Monumental que amplió su capacidad de 66.000 a 70.000 espectadores por remodelaciones en varios sectores.
“Es nuestra responsabilidad contar con un micro de alta seguridad para el plantel”, comentó el presidente boquense Daniel Angelici al diario deportivo Olé en julio cuando se presentó el nuevo vehículo. Boca es el primer equipo del fútbol argentino con autobús blindado.
Tal es la preocupación en el club del sur de la capital argentina que los propios futbolistas golpearon con un bate los cristales blindados del autobús para probar su efectividad.

El Xeneize selló el miércoles su pase a semifinales del torneo, al empatar sin goles con Liga Deportiva de Quito, en medio de un clima en que se palpita su choque del fin de semana contra River Plate en la liga argentina y otro posible reencuentro ante su acérrimo adversario en el certamen sudamericano.
La clasificación de Boca por 17ma ocasión en estas instancias del torneo se daba casi por descontada después de golear 3-0 al equipo ecuatoriano en el partido de ida.
Ahora a River Plate le corresponde cumplir el trámite en Asunción este jueves, cuando se enfrente con ventaja de 2-0 contra Cerro Porteño. Así, se repetiría un nuevo superclásico entre los dos colosos argentinos en la Libertadores, como el que protagonizaron en una prolongada y accidentada final el año pasado.
“Ojalá pase River, así lo enfrentamos”, proclamó Carlos Tevez, quien jugó todo el partido y por detrás del atacante Ramón Ábila.
River terminó coronándose campeón en la anterior edición al vencer a Boca por 3-1 en un partido de vuelta de la final que debió disputarse en el Santiago Bernabéu de Madrid. El choque original, tras el empate 2-2 en la Bombonera, se suspendió debido al ataque del que fue blanco el autobús de Boca por parte de hinchas del club Millonario cuando se dirigía al Monumental de Buenos Aires. Varios jugadores de Boca resultaron heridos.
Independientemente de lo que suceda el jueves en Asunción, ambos rivales acérrimos se vuelven a ver las caras el domingo por la Superliga argentina en el Monumental.

Para la nueva camada, la cacareada “Nueva Generación”, la primera valla en el Abierto de Estados Unidos deparó enojo, fiasco y atenuar expectativas.
“¡Todos ustedes son raros!”, exclamó el octavo cabeza de serie, en su diatriba hacia el juez francés Damien Dumusois.
Para el griego de 21 años, la razón del prejuicio de Dumosis es “porque todos los franceses son raros”.
La queja de Tsitsipas se produjo al promediar el cuarto de set de su derrota por 6-4, 6-7 (5), 7-6 (7), 7-5 ante el ruso Andrey Rublev, despidiéndose en la primera ronda por segundo Grand Slam consecutivo.
No fue el único Top 10 con perfil de futuro campeón en encadenar reveses en el debut tanto en Wimbledon como en Flushing Meadows.
La otra víctima el martes fue Thiem, subcampeón de las últimas dos ediciones del Abierto de Francia. El cuarto cabeza de serie fue fulminado 6-4, 3-6, 6-3, 6-2 por el italiano Thomas Fabbiano.
Zverev (6to preclasificado) sobrevivió al ganarle 6-1, 6-3, 3-6, 4-6, 6-2 al moldavo Radu Albot. Fue una mejoría para el alemán, ya que venía de perder en la primera ronda en Wimbledon.

Ricardo Preda, abogado de Leoz, dijo a The Associated Press que su cliente “se encontraba desde hace muchos meses ingresado en el hospital Migone, de Asunción, de su propiedad”.
“Los médicos me informaron que tuvo un paro cardiaco porque sufría de varias patologías debido a su edad avanzada. A comienzos de este año sufrió una caída y se recuperaba de una fractura de huesos”, agregó Preda.
Poco después, mediante su cuenta oficial de Twitter, la CONMEBOL, Confederación Sudamericana de Fútbol, confirmó también el deceso, sin dar mayores detalles.
Néstor Benítez, portavoz de Leoz durante 29 años, dijo a la AP: “al amanecer del miércoles tuve ganas de visitarlo en el hospital; fui y me recibió en su habitación, conversamos por algunos minutos. Para mi tenía buen semblante”.
La trayectoria de Leoz como dirigente acabó manchada por un vasto escándalo de corrupción — el denominado FifaGate — que se destapó en 2015, dos años después de dimitir a la presidencia de la CONMEBOL. Varias autoridades y empresarios del mundo del fútbol cayeron en desgracia, incluidos muchos que fueron condenados a prisión, a raíz de las denuncias.
En sus declaraciones a la AP, Preda recordó que Leoz guardaba reclusión domiciliaria en un elegante barrio de Asunción desde junio de 2015 por orden del juez penal Humberto Otazú tras recibir un pedido de extradición de la fiscalía de Nueva York que lo había acusado de cometer numerosos delitos de carácter financiero.

Judge entró en la historia en el primer lanzamiento de Kikuchi que enfrentó y sacudió un vuelacercas de dos carreras que se fue al jardín central en el primer episodio. Judge sumó su cuadrangular número 100 en 371 juegos. Solo Ryan Howard (325) y su compañero en los Yanquis Gary Sánchez (355) fueron más rápidos que él. Este fue el 17mo jonrón del toletero esta temporada luego de sacarla del parque en los tres partidos disputados en el Dodger Stadium el pasado fin de semana.
Brett Gardner disparó un jonrón de tres carreras ante Kikuchi, una ofensiva más que suficiente en una noche dominada por Tanaka.
El 16to enfrentamiento entre los dos abridores japoneses, que despertó mucha expectación en su país natal, resultó ser muy desigual. Tanaka (10-7) no admitió su primer hit hasta un doble de Kyle Seager que abrió el quinto inning. Kikuchi (5-9) estaba fuera luego de cuatro episodios en los que concedió ocho hits y cinco anotaciones en cerca de 100 lanzamientos.
Tanaka ganó su tercera decisión consecutiva con una labor de siete episodios con pelota de tres hits, siete ponches y un pase por bolas.
Por los Yanquis, el venezolano Gleyber Torres de 5-2, con una anotada. El dominicano Gary Sánchez de 3-1, con una anotada. El colombiano Gio Urshela de 5-1, con una anotada.
Por los Marineros, el venezolano Omar Narváez de 4-1.