
Los vehículos no pueden avanzar debido a los grandes montículos de arena apilados sobre la carretera a su paso por la localidad de San Carlos, a 110 kilómetros (68 millas) de Santa Cruz. Por entre los montículos solo circulan las motocicletas que llevan pasajeros.
La medida busca hacer que el gobierno se dé cuenta de que no puede vivir sin Santa Cruz, según Micol Paz, un activista de 32 años de Creemos, el partido del gobernador de la región de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho.
Camacho, el líder opositor más destacado del país, fue detenido en diciembre por cargos de terrorismo, lo que desencadenó una serie de protestas en esta región oriental, que es el motor económico y el centro agrícola de Bolivia. Los cortes de carreteras para reclamar su liberación, como el de San Carlos, han sembrado el caos en la cadena de distribución, dispararon los precios y agravaron las tensiones entre el gobierno izquierdista en la capital, La Paz, y la oposición de derechas en Santa Cruz.
El arresto de Camacho deriva de las movilizaciones que provocaron la renuncia del entonces presidente Evo Morales en 2019. El partido de Morales, que ha regresado al poder, acusa al gobernador de orquestar unas protestas que califica de golpe de Estado. Esos disturbios causaron 37 muertos.

Según el Vaticano, el decano del colegio cardenalicio, el cardenal Giovanni Battista Re, oficiará el funeral de Pell en la basílica de San Pedro. Como es costumbre cuando fallece un cardenal, Francisco pronunciará un responso y un saludo final.
Pell, que fungió como el primer ministro de Finanzas del pontífice durante tres años antes de regresar a Australia para enfrentar acusaciones de abusos sexuales a menores, murió el martes en un hospital de Roma por problemas cardíacos tras una operación de cadera. Tenía 81 años.
Desde que en 2020 fue exculpado de las acusaciones de abusar de dos niños que formaban parte del coro cuando era arzobispo de Melbourne, Pell dividía su tiempo entre Roma y Sydney. La Corte Suprema australiana revocó la condena de un tribunal menor y el cardenal quedó libre tras pasar 404 días en aislamiento.

Los comentarios contrastaron con las muestras públicas de afecto entre López Obrador y Biden poco antes, cuando sonrieron, se abrazaron y se dieron la mano para las cámaras. Pero una vez que los dos se sentaron en un salón del Palacio Nacional, flanqueados por delegaciones de altos funcionarios, las añejas tensiones no tardaron en salir a la superficie.
López Obrador desafió a Biden a mejorar la situación en toda la región y le dijo que “tiene la llave para abrir y mejorar sustancialmente las relaciones entre todos los países del continente americano”.
“Este es el momento de terminar con ese olvido, ese abandono, ese desdén hacia América Latina y el Caribe”, agregó.
Biden respondió defendiendo las erogaciones de miles de millones de dólares de Estados Unidos en ayuda en todo el mundo en los últimos 15 años, y dijo que “lamentablemente, nuestra responsabilidad no termina en el hemisferio occidental”. El gobernante también se refirió a los 100.000 estadounidenses que han muerto por la “plaga del fentanilo”, una droga que ingresa por la frontera de México, y habló de las acciones conjuntas que deben tomar para enfrentar el narcotráfico.

La gerencia regional de Salud de Cusco explicó que 37 civiles y seis agentes de policía resultaron heridos luego de que los manifestantes trataron de tomar el aeropuerto de la ciudad, un destino clave en el país por su atractivo turístico, especialmente la ciudadela inca de Machu Picchu.
La Defensoría del Pueblo, por su parte, indicó el miércoles que, desde diciembre, 39 civiles han muerto en choques con la policía y otros siete murieron en accidentes de tráfico y otros incidentes relacionados con los cortes de carreteras, además de un policía asesinado.
En la víspera, el gobierno de Perú anunció un toque de queda en Puno, desde las 20:00 a las 04:00 horas, para los próximos tres días.
El departamento reportó también movilizaciones, paros y bloqueos de vías en 41 provincias, la mayoría en regiones del sur: Apurímac, Ayacucho, Arequipa, Cusco, Puno, Tacna, Madre de Dios, en el sureste en la selva. Además hubo incidentes en el centro, en Lima y Huancavelica, y en el norte del país, en Lambayeque y San Martín. En total, en el día hubo 72 puntos de bloqueo en vías nacionales.

Las manifestaciones, que comenzaron a inicios de diciembre pasado tras la destitución de Pedro Castillo como presidente, suman ya 47 muertos, según el recuento de la Defensoría del Pueblo: 39 civiles en la confrontación con fuerzas del orden, otros siete por accidentes de tránsito o eventos vinculados al bloqueo de vías y el policía caído.
El suboficial José Luis Soncco Quispe, de 29 años, hacía rondas de vigilancia en un patrullero en la ciudad de Juliaca, en Puno, la noche del lunes con un compañero cuando, según reportes policiales, fueron agredidos por una turba que luego incendió el vehículo.
“Cerca (del patrullero) se halló un cuerpo carbonizado que, hasta el momento, no ha sido plenamente identificado”, dijo el ministerio del Interior del Perú en una nota de prensa el martes en la mañana. Luego, las autoridades aseguraron que era el cadáver de Soncco.
Según el parte policial, el compañero de Soncco en el patrullero, el suboficial Ronald Villasante Toque, indicó “que fueron retenidos y agredidos físicamente por unos 350 manifestantes” y que, en ese momento, desconocía cuál era la situación del otro policía.