
Vucic ganó directamente en la votación del domingo con el apoyo del 60% de los votantes, mientras que su Partido Progresista Serbio obtuvo el 43% de los votos, según un conteo casi completo de las autoridades electorales estatales.
Los resultados implican que no hará falta una segunda vuelta de las presidenciales y que el partido de Vucic podrá formar el próximo gobierno serbio en una coalición con socios menores en la asamblea de 250 miembros.
El principal grupo de oposición, Unidos por la Victoria de Serbia, se quedó muy atrás de los populistas con en torno al 13% de las boletas. El candidato presidencial del grupo, Zdravko Ponos, recibió el 17% de los votos, según los resultados oficiales.

Al inicio de su reunión el lunes con el subsecretario de Naciones Unidas, Martin Griffiths, Sergey Lavrov dijo que Moscú ve las acusaciones ucranianas de una masacre de civiles en Bucha, a las afueras de Kiev, como una “provocación que plantea una amenaza directa para la paz y la seguridad global”.
Lavrov señaló que Rusia ha pedido una reunión urgente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pero que Gran Bretaña, que preside el organismo en este momento, se ha negado a convocarla. Prometió seguir reclamando que se celebrara.
Las autoridades ucranianas dicen que se han encontrado los cuerpos de al menos 410 civiles en las afueras de la capital ucraniana tras la retirada de tropas rusas la semana pasada, muchos con manos atadas, heridas de bala a quemarropa y marcas de tortura. Líderes internacionales han condenado las supuestas atrocidades y pedido sanciones más duras contra Moscú.
Lavrov afirmó que el acalde de Bucha no había mencionado las atrocidades contra civiles al día siguiente de las tropas rusas abandonaran Bucha el miércoles, pero dos días después decenas de cuerpos fueron fotografiados en las calles, en lo que el ministro ruso describió como “una provocación antirusa escenificada”.
MOSCÚ — El Kremlin ha rechazado con firmeza las acusaciones de que tropas rusas cometieron atrocidades contra civiles en Ucrania y presionó para celebrar una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
El vocero del Kremlin Dmitry Peskov dijo el lunes que las afirmaciones ucranianas sobre que tropas rusas mataron a cientos de civiles a las afueras de Kiev no son confiables y añadió que “rechazamos con contundencia las acusaciones”.

El pontífice presentó sus disculpas y se comprometió a visitar Canadá durante una audiencia con docenas de miembros de las comunidades Metis, Inuit y de las Primeras Naciones, que viajaron a Roma en busca de una disculpa papal y del compromiso de la Iglesia católica para la reparación de los daños.
Francisco habló en italiano y no quedó claro de inmediato si los asistentes habían entendido sus palabras, aunque se pusieron en pie y aplaudieron tras su intervención.
LEÓPOLIS, Ucrania — El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy dijo haber despojado a dos generales de sus grados militares.
“Algo les impidió determinar dónde se encontraba su patria” y “violaron su juramento de lealtad hacia el pueblo ucraniano”, declaró el mandatario.
Según Zelenskyy, uno de los generales había encabezado la seguridad interna en la SBU, la principal agencia de inteligencia del país.
Indicó que el otro general había sido jefe de la SBU en la región de Jersón, la primera ciudad importante que cayó ante los rusos.
Zelenskyy no dijo nada sobre la suerte de los dos generales salvo que fueron despojados de sus grados.
LEÓPOLIS, Ucrania — El gobierno de Ucrania dijo que las fuerzas rusas cerraron el paso a 45 autobuses enviados para evacuar civiles de Mariúpol, y que sólo 631 personas lograron salir de la ciudad en vehículos privados.
Doce camiones ucranianos pudieron transportar suministros humanitarios hasta Mariúpol, pero fueron decomisados por las fuerzas rusas, dijo la viceprimera ministra Iryna Vereshchuk la noche del jueves.
Según funcionarios ucranianos, decenas de miles de personas han salido de Mariúpol en las últimas semanas por los corredores humanitarios, lo que ha reducido el número de habitantes de 430.000 antes de la guerra a unos 100.000 la semana pasada.
Vereshchuk dijo que unos 45.000 habitantes de Mariúpol fueron deportados por la fuerza a Rusia y a zonas del este de Ucrania bajo control de los separatistas apoyados por Moscú.

Después de que el ejército ruso aceptara un cese el fuego limitado en la zona, Cruz Roja indicó que sus equipos viajaban hacia Mariúpol con suministros médicos y de ayuda y confiaban en ayudar a sacar civiles de la maltrecha ciudad el viernes. Los intentos previos de establecer un corredor humanitario se han visto truncados.
Las fuerzas rusas, mientras tanto, atacaron suburbios de la capital retomados hace poco por Ucrania, según un funcionario regional. Los nuevos ataques en una zona donde Moscú había prometido reducir su ofensiva minaron la esperanza de que se estuvieran haciendo progresos para poner fin a la guerra. Autoridades ucranianas indicaron el día anterior que Rusia había empleado artillería contra las afueras de Kiev y otra ciudad donde había prometido reducir su actividad.
El Ministerio ruso de Defensa reportó nuevos ataques contra depósitos ucranianos de combustible el miércoles por la noche, y las autoridades ucranianas informaron de fuego de artillería en la ciudad nororiental de Járkiv y sus alrededores durante el último día.
Pese a esos combates, el ejército ruso dijo estar comprometido con un cese el fuego desde el jueves por la mañana en la ruta entre Mariúpol y la ciudad de Zaporiyia, bajo control ucraniano.
La vice primera ministra de Ucrania, Iryna Vereshchuk, dijo que 45 autobuses saldrían para recoger civiles de la ciudad, que ha sido una de las más castigadas en la guerra. La comida, el agua y los suministros médicos escasean desde que Rusia cercó y empezó a bombardear la ciudad hace semanas. Los civiles que han logrado huir lo han hecho normalmente en vehículos privados, pero el número de vehículos que pueden circular en la ciudad también se ha reducido mucho, y queda poco combustible.